El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su antecesor, Donald Trump, anunciaron ayer miércoles que en los próximos días llevarán sus posturas opuestas sobre el control al uso de armas de fuego a Texas, donde un joven mató ayer a 21 personas en una escuela, en un tiroteo que conmovió al mundo y del que se revelaron nuevos detalles.

“Jill (su esposa) y yo viajaremos a Texas en los próximos días para encontrarnos con las familias y hacerles saber que sentimos su dolor”, dijo Biden en la Casa Blanca, mientras Trump confirmó que hablará el viernes en una convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), en medio de exhortaciones a restringir más las armas de fuego.

El martes, Salvador Ramos, de 18 años, usó un rifle semiautomático estilo AR-15 para asesinar a 19 chicos y dos profesores en una escuela de la ciudad de Uvalde, Texas, y luego fue abatido.

La masacre ocurrió tras una serie de tiroteos masivos en Estados Unidos este mes, como el del sábado 14, cuando un autoproclamado supremacista blanco de 18 años mató a tiros a 10 personas en una tienda en Buffalo, Nueva York.

Pese a lo recurrente de esas masacres, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones de armas fracasaron en el Congreso y fueron dejando en manos de los estados y los gobiernos locales la potestad de endurecer o flexibilizar sus propias restricciones.

Trump dijo ayer miércoles que hablará esta semana en una convención de la NRA, el poderoso lobby enemigo de todo control sobre el uso de armas, prevista para el viernes.

“Estados Unidos necesita soluciones reales y un liderazgo real en este momento, no políticos y partidismo”, dijo el expresidente en su red social, Truth Social.

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