La nueva película del director mexicano de «Ya no estoy aquí» se presentó en la Competencia Internacional de Mar del Plata y estará disponible en Netflix a partir del 22 de noviembre.
Por Silvina Llames
La película cuenta la historia de Juan Pablo, un escritor mexicano que recibe una beca post Doctoral en Barcelona. Lo que en un comienzo parece ser el sueño de cualquier estudiante, por una redecilla de un primo que aparece muerto se verá envuelto en un bucle de situaciones vinculadas con una cuestión de negocios oscuros, que ni el mismo entenderá como le llegó. Su sueño siempre fue escribir, de hecho su tesis doctoral esta vinculada con la literatura y el humor, pero no imagina que esa situación criminal y vivencial a la que es obligado a transitar le permitirá escribir la historia de su vida.
«No voy a pedirle a nadie que me crea» comienza con la presentación de Juan Pablo, el protagonista, estelarizado por Darío Yazbek Bernal, hermano del reconocido actor Gael Garcia Bernal, junto a su primo y otro amigo. En la primera escena, su hermano de la vida le proponía un negocio que él no aceptaría pero que -años después- marcaría la pauta de la clase de situaciones en las que quedaría envuelto su primo.
A punto irse a suelo español junto a su novia Valentina, la muerte de su primo marcará el inicio de su inesperado viaje. El punto de partida es un llamado de un celular de un desconocido, que lo vincula a través de su primo, y que sin saber qué hacer, ya que deberá esperar las instrucciones de otras personas, es obligado a viajar junto con Valentina, mientras peligra su vida y la de sus seres queridos.
Una vez en Barceloa, se alojará en la casa de un argentino separado que vive con su hija (interpretado por el carismático Juan Minujín), que le aporta elementos de comedia a la historia de Juan Pablo y Valentina.
Una pantalla de una computadora será el hilo central para seguir este film. En primer lugar, porque esa pantalla marcará los puntos de inflexión y álgidos de este guion caracterizado por ser dinámico, con ritmo, en el que el espectador no sabe ni puede predecir qué es lo que va a pasar en la próxima escena e incluso en el final. Esa pantalla, además, será el lugar donde Juan Pablo volcará en palabras todos los sucesos que se le manifiestan en esa estadía en Barcelona.
La película tiene buena fotografía (oscura, con muchas de sus escenas en exteriores). Se ven muchos planos medios de los personajes y planos generales para mostrar las distintas dimensiones de los estados de ánimos de sus personajes. Por ejemplo, la tragedia que atraviesa Juan Pablo, la desconfianza de Valentina por no saber que le pasa a su pareja y por qué actúa como actúa.
Las interpretaciones del reparto son buenas y naturales. Es un elenco de actores y actrices de distintas nacionalidades, todos aportan su propio lenguaje, que hace que cada espectador se sienta identificado. Forman parte la española Anna Castillo, los mexicanos Darío Yazbek Bernal, Natalia Solián y Alexis Ayala, y el argentino Juan Minujín en una película muy recomendable para ver.