SOY UN CASO PERDIDO. Editorial

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“…soy parcial // de esto no cabe duda

más aún yo diría que un parcial irrescatable // caso perdido en fin

ya que por más esfuerzos que haga // nunca podré llegar a ser neutral…” (Mario Benedetti).

 

A 40 años de la recuperación de la Democracia, tal vez creamos que su consolidación haya sido lo único que efectivamente logramos desde Alfonsín hasta hoy. Sin embargo, de eso tengo mis dudas, pues las posiciones abiertamente negacionistas o -sólo por ser generoso- la desmemoria o el no haber vivido los años de sangre y plomo, han permitido que un candidato y una fuerza política disruptivos y anárquicos, ácratas, discriminadores e intolerantes, tuvieran un caudal cercano a los 8 millones de votos, que los ponen a las puertas de conducir los destinos de la Argentina. No cuenten con mi apoyo.

 

Tampoco logramos -en estos 40 años- que la Democracia fuera el sistema con el que se coma, se cure y se eduque a la inmensa mayoría de los argentinos y hoy exhibimos tristes cifras de pobreza, indigencia, marginalidad, exclusión social, inseguridad, mediocridad educativa y sanitaria, para no hablar de la inestabilidad económica, laboral y productiva. Por eso tampoco entiendo cómo el otro candidato y su fuerza política han logrado el apoyo de casi 10 millones de argentinos, cuando son los responsables actuales de la conducción del gobierno y de la toma de las decisiones políticas. En nada gravitó negativamente la corrupción política, la impudicia en la ostentación de su riqueza, la doble moral entre sus dichos y sus actos. Han logrado quedar a las puertas de confirmar su continuidad en el ejercicio del poder, poder que les asegura la continuidad de sus privilegios personales, sostenidos por el clientelismo político y el apoyo prebendario. No cuenten con mi apoyo.

 

Soy uno de los muchísimos radicales que, entre más de 6,2 millones de argentinos, votamos a los candidatos de Juntos por el Cambio en las elecciones generales, pensando que serían los más aptos para sacar a la Argentina del modelo de mediocridad y postergación en que se encuentra, sumida en una profunda crisis social y económica. Acompañé con convicción y sin dudas; milité por un cambio ordenado, con un Estado presente para que no haya argentinos excluidos, no para que asfixie a la producción que genera trabajo e inversiones.

 

Perdimos. Cometimos muchos errores, nos distrajimos en banalidades, no generamos confianza.

 

Ganaron otros dos que –en mi opinión- ya fueron, son y serían nefastos para Argentina, a la luz de las ideas expuestas o por los antecedentes de sus actos políticos y de gestión. Ojalá me equivoque; me equivoqué muchas veces y esta equivocación me causaría alegría.

 

No soy neutral. Soy tan parcial en mis convicciones políticas que no puedo optar entre los candidatos del balotaje. No puedo decidir por uno menos malo que otro. No soy capaz de evaluar un mal menor.

 

PEDRO SALAS, abogado, afiliado a la U.C.R. La Pampa,  ex Secretario de Gobierno  de la Municipalidad de Santa Rosa (2008-2011), ex Convencional Constituyente Provincial (1995), ex Concejal (1987-1991).

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