La realidad, pone frente a nuestros ojos, un círculo vicioso de decadencia, que día a día se profundiza más. No es el pasado lo que nos condena, es este presente de absurdos, donde en el país de la carne, hacer el asado los domingos se ha vuelto imposible.
Absurdos, que refieren a la inoperancia de quienes hoy nos gobiernan.
Esa misma realidad, nos advierte de manera drástica, sobre la importancia de no perder los valores que como sociedad debemos tener, cada vez que vemos mendigar a un niño, en una Argentina con el 56,2% de pobreza infantil.
¿Qué haremos al respecto?
Debemos elegir, sabiendo que las elecciones, significan mucho más que votos.
Debemos elegir entre, el trabajo digno o los eternos parches; entre la educación pública de calidad o el adoctrinamiento; entre el acceso a una salud pública eficiente o la falta de medicamentos y especialistas médicos; en sí, la elección no es difícil: es la continuidad de un modelo fracasado o el cambio hacia una Argentina nueva, diferente… la Argentina de las oportunidades, esa, que soñaron nuestros abuelos y que debemos reconstruir. Llevamos veinte años de populismo y decadencia económica, moral y educativa, son generaciones nacidas, criadas y en edad laboral, dentro de este sistema que nos fagocita y se nos ríe en la cara, con lo ilógico de pregonar al mismo Ministro de Economía como candidato a presidente, quien nos ha llevado a la peor versión de país.
¡Nuestro país, es mucho más que esto! Son nuestros hijos que merecen un futuro, son los docentes, los policías, los médicos, que merecen un salario digno; son los emprendedores que merecen concretar sus sueños; son las empresas que generan puestos de trabajo; es el campo, es el productor, es el vecino que anoche otra vez le entraron a robar y lo golpearon; es el poder caminar tranquilos por las calles; es ya no más la droga en los barrios; son tus padres, son tus hijos, ¡Sos vos!
Y como dicen los niños, “no vale” ser imparcial, no vale y no sirve, ser neutral.
Martín Ardohain
Diputado Nacional